CARLISLE MEMORIES

CARLISLE MEMORIES
LA MUERTE NO LLEGA CON LA VEJEZ, SI NO CON EL OLVIDO

miércoles, 9 de junio de 2010

La Caza I


Aparecieron en uno de los linderos del bosque a escasos doce metros de nosotros, el primer hombre de piel blanca y cabellos rubios se acerco y se aparto inmediatamente para dar paso a otro más alto de cabello negro y piel obscura, que se coloco al frente, de modo que supuse seria el líder del grupo, el tercer integrante era una mujer, de cabello rojo encendido, caminaban muy juntos, mostrando recelo, su paso gatuno y sus ropas desechas evidenciaban que era solo nómadas.

Sus ojos agudos se sorprendieron de vernos me adelante flanqueado por Emmett y Jasper, y salí a su encuentro. Todos adoptamos la postura erguida y despreocupada.
El hombre de piel obscura sonrió y las palabras salieron de sus labios.

—Creíamos haber oído jugar a alguien —hablaba con voz reposada y tenía un leve acento francés— Me llamo Laurent, y éstos son Victoria y James —añadió señalando a los vampiros que le acompañaban.

También les sonreí, estaba alerta ante cualquier imprevisto, pero hasta ahora todo marchaba bien.

—Yo soy Carlisle y ésta es mi familia: Emmett y Jasper; Rosalie, Esme y Alice; Edward y Bella — Le respondí.

— ¿Hay sitio para tres jugadores más? —inquirió Laurent con amablemente.

—Bueno, lo cierto es que acabamos de terminar el partido. Pero estaríamos verdaderamente encantados en otra ocasión.- Respondí tratando de sonar lo más tranquilo posible.- ¿Se piensa quedar mucho tiempo por estos rumbos?- Pregunte.

—En realidad, vamos hacia el norte, aunque hemos sentido curiosidad por lo que había por aquí. No hemos tenido compañía durante mucho tiempo. Respondío al instante Laurent.

—No, esta región suele estar vacía si exceptuamos a mi grupo y algún visitante ocasional, como ustedes.-Conteste.

La tensa atmósfera había evolucionado me sentía muy tranquilo le agradecí internamente a Jasper por usar su peculiar don para controlar la situación.

— ¿Cuál es nuestro territorio de caza? —preguntó Laurent.
Entendí al instante al instante la hacia donde se dirigía su pregunta, pero trate de ignorarla y respondi tranquilamente..

—Esta, los montes Olympic, y algunas veces la Coast Ranges de una punta a la otra. Tenemos una residencia aquí. También hay otro asentamiento permanente como el nuestro cerca de Denali.
Laurent se balanceó, descansando el peso del cuerpo sobre los talones, y preguntó con viva curiosidad:

— ¿Permanente? ¿Y cómo consiguieron algo así?

— ¿Por qué no nos acompañan a nuestra casa y charlamos más cómodos? —Los invite—. Es una larga historia. Estaba tratando de alejarlos del lugar para que Edward y Bella se pudieran marchar.

James y Victoria intercambiaron una mirada de sorpresa, Laurent, lo disimulo más.

—Es muy interesante y hospitalario por nuestra parte — Hemos estado de caza por mucho tiempo no hemos tenido ocasión de asearnos un poco. Prefirió nuevamente.

—Por favor, no se ofendan pero he de rogarles que se abstengan de cazar en los alrededores de esa zona. Debemos pasar desapercibidos, ¿me entienden? —Explique.

—Claro —asintió Laurent—. No pretendemos disputarnos el territorio. De todos modos, acabamos de alimentarnos a las afueras de Seattle. Dijo soltando una carcajada, los otros dos simplemente se limitaron a sonreír.

-Les mostraremos el camino si quieren acompañarnos.- Emmett, Alice, vayan con Edward y Bella a recoger el Jeep —añadí sin darle importancia.

Mientras hablaba, ocurrieron tres cosas a la vez. La suave brisa despeino el cabello de Bella al instante el olor nos invadió y mi hijo se envaró y el segundo varón, James, movió su cabeza repentinamente de un lado a otro, buscando, para luego centrar en ella su escrutinio, agitando las aletas de la nariz.

Me quede rígido al igual que mi familia cuando James se adelantó un paso y se agazapó. Edward exhibió los dientes y adoptó la misma postura defensiva al tiempo que emitía un rugido bestial que parecía desgarrarle la garganta. Sé que Edward va a ser cualquier cosa posible por defenderla, y nosotros estamos para apoyarlo, aunque eso implique matar a estos tres vampiros.

— ¿Qué ocurre? exclamó Laurent, sorprendido.

Ni James ni Edward relajaron sus agresivas poses. El primero fintó ligeramente hacia un lado y Edward respondió al movimiento.

—Ella está con nosotros. Exclame mirando fijamente a James.

— ¿Nos trajeron un aperitivo? —inquirió con voz incrédula, mientras, sin darse cuenta, daba un paso adelante.
Edward rugió con mayor ferocidad y dureza, curvando el labio superior sobre sus deslumbrantes dientes desnudos. Laurent retrocedió el paso que había dado.

—He dicho que ella está con nosotros —replique ahora ya con sequedad.

—Pero es humana —protestó Laurent atónito.

—Sí... —Emmett se puso a mi lado, con los ojos fijos en James, que se irguió muy despacio y volvió a su posición normal, aunque las aletas de su nariz seguían dilatadas y no perdían de vista a Bella, Edward mientras continuaba agazapado como un león delante de ella.


—Parece que tenemos mucho que aprender unos de otros.- Hablo Laurent con un tono tranquilizador en un intento de suavizar la repentina hostilidad.
—Sin duda —Mi voz sonaba aun fría.

—Aún nos gustaría aceptar nuestra invitación —sus ojos se movieron rápidamente hacia Bella y retornaron a mi. —. Y claro, no le haremos daño a la chica humana. No cazaremos en su territorio, como les he dicho.

James miró a Laurent con incredulidad e irritación, e intercambió otra larga mirada con Victoria, cuyos ojos seguían errando nerviosos de rostro en rostro.

Me resultaba sorpréndete que tomara las cosa de esa manera, pensé que talvez se pondría más tensa la situación, en parte se debía a Jasper, pero sé que hay algo más de fondo en este repentino cambio.

—Les mostraremos el camino. Jasper, Rosalie, Esme —Les llame y se reunieron todos delante de Bella tratando de ocultarla de la vista de los recién llegados.

—Vámonos, Bella —ordenó Edward con voz baja y sombría.

Ella no contesto camino torpemente tropezando con más de uno en su camino al jeep, pobre chica entiendo lo asustada que estará, pero en este momento no podía hacer más por ella que tratar de salvarle la vida.

No hay comentarios: